Compramos colchones con tanta poca frecuencia que, cuando llega el momento de hacerlo, tenemos muchas dudas. Una de las premisas más importante es que el colchón se adapte a nuestras posiciones y nuestra forma de dormir. Además, se deben tener en cuenta aspectos como el peso, la altura, si duermes solo o con otra persona, si padeces problemas de espalda, incluso del metabolismo.
Entonces ¿cómo elegir uno que se adapte a ti?
1. Conoce los diferentes materiales de los colchones. Hoy en día existen diferentes tipos de colchones:
Colchones de espuma. Los colchones de espuma de poliuretano cortados en diferentes espesores y densidades suelen incorporarse a este concepto, conformando distintas opciones de posibilidades en cuanto a dureza, suavidad.
Colchones de muelles. Crean un sistema de descanso que se adapta más a las distintas partes del cuerpo.
Colchones de látex. Un colchón de látex se adapta por completo al contorno del cuerpo, al igual que la viscoelástica. Una de las desventajas de este material es que no es muy transpirable y necesita ventilación, por tanto, es mejor descansar sobre una base que lo permita.
Colchones viscoelásticos. Están compuestos por una espuma que se adapta a la forma del cuerpo, tiene una gran capacidad ergonómica que ayuda a reducir los puntos de presión del cuerpo.
Colchones de lana. Este tipo de material se calienta en invierno y transpira en verano, gestiona la humedad de forma natural y no acumula electricidad estática.
2. Visita las tiendas para probar los colchones. Ve a una tienda de colchones y tómate el tiempo suficiente para explorar.
3. Lee reseñas de clientes reales. Presta poca atención a lo que las empresas de colchones dicen sobre sí mismas, busca reseñas imparciales de personas que hayan comprado el colchón que te interesa.
4. Verifica la garantía. A menudo, un buen colchón tendrá un mínimo de 10 años de garantía de reemplazo total o no prorrateada.
Si bien puede ser tentador quedarse con su colchón existente y ahorrar algo de dinero, para la mayoría de las personas valdrá la pena actualizarlo. Recuerda que pasará aproximadamente 1/3 de su vida en la cama, y no hay mejor manera de invertir en tu propio bienestar que hacer todo lo posible para garantizar un sueño de calidad.